martes, 27 de septiembre de 2011

El sexy streeper del Night Club..... X Chiica Vampiro...

Bella Black:

Ya estaba cansada de el inútil que tenía como marido: Sabía que se revolcaba con cuanta zorra se le pase por el camino, pero ¿también tenia que aguantarle sus insultos y sus gritos?
Lamentablemente si no me quería quedar en la calle tenia que seguirle aguantando sus tonterías. Uno de estos días agarraría un cuchillo y se lo clavara en el fondo de su estúpido corazón, aunque iría a la cárcel sabia que seria más feliz de lo que ahora soy a su lado. Claro, eso si es que el imbécil se muere, por que para mí ese individuo no tiene corazón.

¿Como podía seguir ahí, parada en la puerta de MI DORMITORIO escuchando y viendo como mi supuesto marido me ponía el cuerno con otra?
Tal ves alguien con mas autoestima que yo abría entrado al cuarto y hubiera sacado de los pelos a la infeliz, pero yo no lo haría jamás, claro siempre y cuando no me quiera ganar una golpiza. Ya llevaba 5 años con ese salvaje y sabia de lo que era capaz.

Cogí mi celular y llame a Alice, seguro mi amiga me ayudaría. Camine hacia el bar de la casa y me serví un trago hasta esperar que la duende me conteste.

-Hola Bell's. Paso por ti? –contesto apresurada.
-Parece que vieras el futuro –reí
-Estas ebria amiga –contesto con tristeza –enseguida paso, no hagas nada imprudente, espérame en la puerta si?
-Esta bien –dije antes de colgara.
Tome mi bolso y mí abrigo y Salí a esperar a mi amiga en el garaje. Divise el carro de Alice, Rose venia sentada en el asiento del copiloto. Al acercarse me subí sin dudarlo y sin mirar hacia atrás.
-A donde nos dirigimos? –pregunto Alice
-Al mismo lugar de siempre –dijo Rose mirándome y guiñándome un ojo.
-¡AL NIGHT CLUB DE EMBRY! –gritamos las 3 al mismo tiempo entre risas.

Si nos sentíamos mal sabíamos a donde dirigirnos. Nuestras penas jamás pasaban las puertas de ese NIGHT CLUB, se quedaban afuera esperando que pasemos recogiéndolas.
Alice había perdido al amor de su vida hace poco por una extraña enfermedad que acabo poco a poco con el, desde ese día mi amiga prometió no volverse a enamorar jamás.

Rose siempre fue la mas sexi del salón, los chicos la buscaban por su cuerpo y su belleza; pero solo la utilizaban y la dejaban a un lado. Ella siempre había pasado temporadas con los chicos más atractivos de la ciudad, pero sin concretar una relación seria. Ella se consideraba a si mismo "un juguete sexual".

Y yo, una pobre infeliz con un marido que no me tocaba desde nuestra noche de bodas hace ya 5 años. Una pobre estúpida que soportaba cachos sin decir nada y que satisfacía su cuerpo en lugares como este. Aunque desde que encontramos este lugar no había tenido sexo con nadie… ya ni recordaba cuando fue la última vez.

Alice se divertía con uno de los chicos del Night Club; Jasper, era un chico alto, rubio y muy guapo. Llevaban tanto tiempo n encontrones que Rose y yo asegurábamos que estaban enamorados pero Alice no lo admitía. Rose se iba con otro Striper cada vez que tenia oportunidad; Emmet, alto, rubio, musculoso y muy sexi. 
Ella si admitía que le gustaba mas de lo normal, pero obviamente sus padres jamás aceptarían que ande con un Striper.

-Que buen momento para venir –grito Rose al ver un letrero que colgaba de la pared principal del NIGHT CLUB. El letrero de vistosos colores decía:


HOY: nuevo STRIPER en nuestro NIGHT CLUB…
¡Vengan a conocer a nuestro VAMPIRO recién llegado de Transilvania!


Había una foto de un chico con un cuerpo envidiable, envuelto en una capa negra y con una de sus manos estiraba la capa por su rostro de tal manera que no se lo reconozca.
-Que sexi vampirito –dije entre dientes.

-Entremos para que lo pidas antes de que lleguen mas babosas –empezó a gritarme Rose.
-Tu sabes que yo…
-Bella un poco de sexo no te hará mal –comento Alice.
-Por favor déjenlo ahí, si? –pedí irritada.

Nosotras ya éramos clientes VIP por lo que un hermoso caballero con un diminuto bóxer nos invito a nuestra habitual mesa.

Pedimos lo de siempre; 3 margaritas y privacidad. Nuestra mesa era un reservado de donde teníamos muy buena vista, era a un lado de la tarima, pero de frente a un tubo donde bailaban los apuestos chicos. Era como un cuarto, teníamos nuestro propio mesero, bar y 3 cómodos sofás. El ambiente era perfecto.
Las luces se apagaron, un espeso humo comenzó a llenar el lugar y pudimos ver como desde nuestro lado un chico musculoso, alto, con cabellos dorados y un poco despeinado se disponía a subir a la barra a bailar.

-Debe ser el chico nuevo –dijo Rose enarcando una ceja.
-Esta de lujo –rio Alice.
-Me gusta –fue mi solitario comentario.

Las 3 nos quedamos heladas viendo como el SEXI VAMPIRO subía a la tarima y obvio nos hecho una miradita, las 3 reímos y le lanzamos besos juguetonas. Fue a la mitad de la barra y empezó a bailar, primero de una manera muy suave y sin dejarnos ver su rostro, luego tiro de su capa salvajemente y quedo solo en un diminuto bóxer color negro.
Me quede helada cuando vi, aunque sea de lejos y de perfil el rostro de aquel chico. Tenía unos colmillos de plástico y bailaba muy sensualmente. Las chicas se aceraban a el y colocaban billetes en su interior. Yo no despegaba mis ojos de su rostro. Esa sonrisa, jamás la olvidaría.

El venia caminado en nuestra dirección, sonriendo sensualmente, disfrutando del placer que provocaba solo el mirarlo en todas las chicas que lo miraban. Pero yo estaba boca abierta y las chicas lo notaron.

-Ed… Edward… Es… Ed…¡Es Edward! –tartamudeé
-Edward Cullen? –dijo Alice con la boca abierta igual que la mía.
-El de la historia del Volvo a tus 17? –pregunto Rose sorprendida
-Si… el mismo… -comente sintiendo como las piernas me temblaban.

Obvio a mis amigas les debió parecer un chiste:
El Edward de mi historia se había ido a Francia a estudiar Medicina; seguiría la profesión de su padre que era un famoso cirujano y probablemente este casado con una hermosa chica, tendría hijos y seria el millonario administrador de la cadena de Clínicas Cullen… y este Edward era un STRIPER recién llegado a New York?

Mientras Edward se acercaba con su estúpida sonrisa orgásmica mi cuerpo reaccionaba a su presencia. Paso poco tiempo antes de que este a una distancia prudente y pueda verme, nuestras miradas se encontraron y pude saber exactamente en que momento me reconoció. Sus mejillas se pusieron coloradas, la chica que lo tocaba en ese momento pensó que era una reacción a su caricia y empezó a aullar como loca.

Me pare enseguida y el se tenso al verme, note que el iba a bajarse de la barra pero le hice señas de que no lo hiciera, me di la vuelta para salirme de nuestro reservado y mis amigas me siguieron.
-Bell's a donde vas? Enloqueciste? –dijo Alice preocupada.
-A verlo mas de cerca –conteste apresurada y siguiendo mi camino.
-Amiga recuerda que nadie nos puede ver aquí o nuestra reputación caería por los pisos –dijo Rose haciéndome pensar –imagínate lo que pasaría si Jacob se entera?

Uso mal su juego de palabras ya que su última frase me dio mas aliento de seguir.

-El idiota de mi marido estaba teniendo sexo en mi cama con su amante justo cuando Uds. Me pasaron a recoger –dije fríamente pasando a lado de mis amigas que me miraban con la boca abierta, inmediatamente me siguieron. No eran cobardes.

Caminamos abriéndonos paso entre las chicas desesperadas que veían a Edward bailar, los tragos encima me jugaron una pasada ya que las piernas me temblaban un poco. Pero llegue justo al frente, me acerque más y saque una buena cantidad de dinero de mi cartera y la deposite en sus bóxers. El sonrió.

Pretendía regresar a mi apartado cuando vi que las luces se bajaron tenuemente y sentí unas manos aferrarse a mi cintura, una voz sexi y empalagosa murmuro en mi oído –te vas sin bailar conmigo?
Vi las bocas abiertas de mis amigas por lo que me imagine quien era, me gire para darle la cara.

Seguía tan guapo como hace 6 años… mi mente regreso en el tiempo, a la noche del baile de graduación en el instituto de Forks:
-He esperado mucho esto –dijo Edward antes de darme un cálido beso en medio de la pista de baile.
-Te quiero –le dije arrimando mi cabeza a su pecho –no quiero separarme de ti.
-Yo tampoco… lamento tanto esto, que nuestros padres tengan arregladas nuestras vidas.
-Tu iras a Francia y yo…
-Tú te casaras con Jacob Black –dijo fríamente –a menos que nos escapemos juntos.
Sonreí ante su proposición y salimos del coliseo del instituto hacia su coche.
-Primero –dije nerviosa –hay algo que me gustaría hacer.

Edward interrumpió mis recuerdos tomándome de la cintura y acercándome hacia su desnudo cuerpo, bailaba de una manera muy sexi. El maldito me estaba provocando.
Lo agarre de uno de sus hombros y le seguí el bailecito –cuanto tiempo –susurre en su oído.
-Le permiten a la Sra. Black venir a lugares como este? –pregunto enarcando una ceja.
-Eso no debe ser de tu incumbencia –conteste enojada y sin ánimos de admitir que mi marido ni se daba cuente si amanecía respirando.

-Ah no? –pregunto mordiendo el lóbulo de mi oreja. Si quería que reaccione lo logro, porque enseguida busque estar mas cerca de el. Y quise seguirle el juego.
-me imagino que si a pasado tanto tiempo no debería importarte nada de lo que me pasara –dije pasando mis labios por su cuello. El maldito olía aun más rico de lo que yo recordaba.

-Porque no tenemos esta conversación en otro lugar? –pregunto deslizando sus cálidos labios por mi mandíbula. No pude evitar soltar un pequeño jadeo por la sensación, mis manos se aferraron a su cabello y sentí como Edward se tensionaba como respuesta a nuestro contacto –por favor –murmuro.

Le di un vistazo a mis amigas que seguían paradas con los ojos abiertos al máximo por la escenita que acabábamos de hacer Edward y yo en medio de la pista de baile del Night Club.
-Claro vamos –dije sin titubear y con miedo de caerme conforme íbamos pasando las personas.
Edward y yo llegamos a un pequeño apartado dentro del Night Club, tenía su nombre en la puerta así que asumí que era una especie de camerino o algo así y mas después de ver los intrépidos trajes que había allí.

Al llegar Edward me arrimo a una pared y empezó a besarme con desesperación, como nadie me había besado en mi vida; nadie excepto el. Le respondí a los besos con la misma intensidad, sentía como sus manos dudaban si actuar o no con los botones de mi blusa así que lo ayude un poco para que se de cuenta que nuestras intenciones eran las mismas.
Edward se deshizo de mi blusa con facilidad y sus besos empezaron a bajar por mi garganta hasta mi pecho, sentía sus labios a través de la fina tela de mi sostén y como sus manos subían por mis muslos elevando mi falda.

Yo no iba a perder tiempo así que mis manos empezaron a recorrer su cuerpo, recordando cada espacio, cada centímetro, volviendo a sentir la desesperación de tenerlo cerca, como aquella noche…

-Primero –dije nerviosa –hay algo que me gustaría hacer.
-Lo que quieras –contesto rápidamente.
-Quiero que me hagas tuya.
El entendió mi mensaje rápidamente y entramos al asiento de atrás de su coche, ambos nos desvestimos mirándonos directamente a los ojos. Fue difícil deshacerme de mi vestido largo, pero lo logre con su ayuda. Me quede en ropa interior, frente a el. Su mirada me devoraba y me hacia sentir ansiosa. Esa noche sus besos fueron dulces al inicio, pero poco a poco se sentía el fuego, la pasión y el deseo que nos consumían.

Sentí sus manos en todo mi cuerpo, sus besos me hacían susurrar su nombre, sus labios recorrieron mi cintura, mis caderas, cada centímetro de mi cuerpo mientras mis manos se aferraban a su cabello para no dejarlo escapar. 

Mi cuerpo convulsionaba cuando sus labios se posaban en mis senos y sus manos bajaban hacia mis muslos que lo rodeaban estratégicamente por la cintura. Sus besos empezaron a bajar hacia mi abdomen, sentía su lengua dibujar líneas alrededor de mi ombligo y como sus besos bajaron hasta llegar a mi entrepierna.

Mi respiración se volvía cada vez mas pesada conforme sentía su lengua aventurar en mi intimidad. -Edward… Edward… -susurraba sin parar. De repente mi novio se envaro y volvió a colocarse sobre mi, acariciándome una vez mas y besándome con desesperación, podía ver en su rostro que sentía lo mismo que yo.

Edward entro en mi lentamente y con miedo de lastimarme, espero hasta que mi respiración se normalice un poco y empezó a entrar y salir lentamente, hasta que yo le pedí mas. Embestía cada vez con más fuerza sobre mi haciéndome sentir mas placer del que alguna vez imagine sentir. Mis manos se aferraban a su espalda y mis uñas se enterraban en su piel, mis músculos se tensionaron, grite su nombre y una sensación extraña y de relajación recorrió cada parte de mi. Edward termino dentro de mi pronunciando mi nombre varias veces.

Antes de que podamos recomponernos de lo que pasaba escuchamos un golpe en la ventana delantera del conductor…
-Charlie –susurre asustada.

-En que piensas? –pregunto sin despegar sus labios de los míos.
-En un vestido azul, un traje negro y un volvo plateado –confesé.
-Esa fue la mejor noche de mi vida –susurro mientras sus manos desabrochaban mi sostén y sus besos bajaban hacia mis senos una vez más.

Necesite de mucha concentración para preguntar –fue la mejor noche de tu vida? En serio?
-Podemos repetir todo ahora –dijo mirándome y sonriendo maliciosamente.
Su sonrisa hacia que me olvide de todo y más sintiendo sus cálidos besos. Edward empezó a desabotonar mi falda mientras besaba mi abdomen, yo me concentre en disfrutar de algo que no sentía hace años. Quede en ropa interior frente a el que se encontraba con su diminuto bóxer, nos miramos durante un minuto que pareció demasiado largo y ambos sonreímos ante la sensación de Dejavú.

Edward me cargo sin para de sonreír y me llevo hacia la cama del pequeño cuarto, sin preámbulos se quito su bóxer y termino de dejarme completamente desnuda ante el. Se acomodo sobre mi, me miro por unos segundos y entro en mi. No teníamos ni 5 minutos de haber empezado cuando mi celular empezó a sonar, no quería despegarme de el y el lo notaba.
-Apresúrate –grite contra su cuello.
 -Sus deseos son ordenes –dijo antes de empezar a embestirme con mas fuerza.

Ambos terminamos igual y sin tomarme mucho tiempo para recobrarme me baje de la cama y me vestí. Las llamadas perdidas eran de Alice, había mensajes de texto diciéndome que ya se hacia tarde y que debíamos irnos.

-Debo irme –dije apresurada mientras me acerque a Edward para despedirme.
-Me imagino, yo tengo que trabajar –dijo fríamente y me dio un beso rápido en los labios –volverás?
-Mañana –conteste
Salí corriendo del pequeño cuarto para buscar a mis amigas…


Estaba en la piscina de mi casa, sola como siempre cuando recibí un mensaje de texto de un número desconocido:

Vendrás esta noche?
Edward Cullen

Como había conseguido mi numero? Es verdad que ver a Edward me había movido el piso, pero ahora, a estas alturas de mi vida eso no significaba nada. Y no quería tener problemas porque alguien me vea con un Striper, era lo que menos necesitaba.

Edward ya tenia echa su vida y yo la mía, lo de ayer fue solo sexo, fue con él y pudo haber sido con cualquier otro. No permitiría que su llegada altere mi vida. Si es que a esto se le podía llamar vida.
En la noche Jacob salió a una cena de negocios, estaba mas que seguro que se iría a ver con la zorra que tenía como amante, pero yo también tenia planes así que Salí a cenar con mis amigas.

Al regresar a la casa y no encontrar a nadie me sentí vacía y triste, sin pensarlo mucho regrese al coche y me dirigí al mismo Night Club de siempre, con la diferencia de que Edward estaría ahí.
Entre con una bufanda y tratando de que mi cabello cubra mi rostro totalmente, no me moleste en fingir, mi mirada lo buscaba a el. Busque una mesa un poco alejada de la barra donde bailaba Emmet con unas cómicas orejas de osos, pedí un margarita y espere verlo por algún lado.

Ya llevaba 1 hora en el lugar y no esta dispuesta a esperar mas cuando por fin lo vi, aunque lo que mis ojos veían no era nada agradable. Edward venia saliendo de los "camerinos" con una tipa a su lado. Ella sonreía y el estaba serio, pero no era difícil imaginar lo que venían haciendo.

Sentí como mi el coraje y la ira se apoderaban de mi, pero después de todo ¿que podía hacer?, ese era su trabajo. Agarre mi bolso, deje una generosa propina en la mesa y Salí del lugar hacia el parqueadero, pero una voz hizo que me detenga.
-Bella espera, no te vayas.
-Que quieres Edward? –pregunte irritada pero tratando de ocultar mi frustración.
-Hablar… porque te vas así?
-Ya hice lo que quería, solo vine por un trago.
-Viniste hasta acá solo por un trago? –pregunto lanzándome todo el poder de su mirada, el me conocía y yo no sabia mentir.
 -Si Edward, vine por un trago. Ahora dime que es lo que quieres?
-Solo saber como estas… que es de tu vida? A que te dedicas?

Tome aire para coger valor, pues iba a decir una gran mentira y tenia que sonar convincente.
-Estoy casada, no hago nada, no trabajo, soy feliz y estoy perfectamente bien –dije sin para a tomar aire entre cada palabra – y tu?

-Yo… soy Striper –dijo sonriendo y un poco decepcionado.
-No lo había notado –dije con sarcasmo
-Pues creo que ayer te diste mas que cuenta –dijo siendo tan idiota como yo me estaba portando con el.
-Mira Edward lo de ayer fue solo sexo…
-Si, lo se, pagaste por acostarte conmigo –dijo lanzándome una mirada envenenada –pensé que aun quedaba algo de la Bella que fue mi compañera de salón. Pero que equivocado estaba, tu lo que eres es una perra que busca satisfacción sexual en lugares como este.

Sus palabras dieron directamente en el blanco, hirieron mi corazón. Edward se fue dejándome ahí parada, a lado de mi coche, con la boca abierta y los ojos bañados en lagrimas. Entre al coche y maneje hacia la casa, lo único que quería era dormir y pensar que esto había sido una horrible pesadilla.


Ya había pasado una semana desde mi espantoso encuentro con Edward en el Night Club, no había vuelto por ahí desde ese día, el no me había llamado ni yo a el. Pero algo me atormentaba: Edward pensaba que yo era una zorra frívola y eso no era cierto.

No debería importarme que el piense eso cuando el se acostaba con cualquiera que le pague por sus servicios, pero yo no me podía engañar a mi misma: EDWARD CULLEN HABIA SIDO, ES Y SERA EL AMOR DE MI VIDA.

Suspire y subí a mi habitación después de una tarde de SPA. Una vez mas vi al puerco de Jacob revolcándose con la misma zorra de siempre, pero yo no estaba de ánimos para aguantar nada ahora.

-¡Maldita zorra sal de mi cama en este momento! –grite entrando a la habitación
Los dos me miraron sorprendidos pero Jacob era un descarado profesional.
-Bella espérame un segundo y hablamos si, espérame en la sala cariño.
-Que tierno eres mi amor, quieres que baje y espere hasta que la perra y tu lleguen a su orgasmo y ahí si hablar sobre los cachos que me llevas poniendo estos 5 años y que ya estoy harta de soportar?

Jacob se quedo con la boca abierta y no decía nada, así que tome la iniciativa y me saque mi zapato de tacón y se lo tire en la cabeza a la zorra.

-Que parte de que salgas de mi casa no entendiste?
-Bella te volviste loca? –Grito Jacob exaltado viendo que no le haya echo daño a su amante –Tanya estas bien.

Ella solo asintió y se levanto rápidamente a recoger su ropa entre lágrimas.
-Quiero el divorcio ¡YA! –grite antes de salir corriendo del dormitorio.
Salí de casa hacia mi coche y empecé a manejar sin rumbo dejando que las lágrimas rueden por mis mejillas.

No sabia a quien acudir y si regresaba a casa seguro Jacob me mataría a golpes, no quería llamar a mis amigas porque sentía vergüenza por lo que sucedía y sin tener a alguien mas en la lista busque el mensaje que Edward m había mandado y llame a ese numero.


-Hola –su voz sonaba agitada y preocupada. Yo no hablaba, solo lloraba.
-Bella eres tu? –Pregunto aturdido –Respóndeme si?
-Edward yo…
-Bella porque lloras? Que te pasa?
-Necesito hablar con alguien y no tengo…
-Bella dime donde estas y yo voy para allá inmediatamente.

Le di la dirección y me arrime al volante a dejar que las lágrimas fluyan. Mi vida era un desastre y no sabia que hacer con ella. Edward no demoro tanto, pero para mi se me hizo eterno. Toco el vidrio del lado del copiloto de mi coche y yo quite el seguro para que entre.

-Bella que te sucede? –pregunto asustado.
-Te necesito –susurre mientras me tiraba en sus brazos. No se cuanto tiempo estuve llorando en su pecho, pero a el no le preocupo. Acariciaba mi espalda sin preguntar nada, hasta que me decidí a hablar.

-Edward te mentí…
-Que? A que te refieres?
-No soy feliz, estoy casada con un patán que me maltrata y me es infiel. Vengo de sacar a una zorra de mi casa, de mi cama y tengo miedo regresar y que Jacob me golpee.
-Ese desgraciado te a golpeado antes?
-Si y no es la primera vez que lo descubro con alguien en nuestro propio cuarto. El día que te vi en el Night Club por primera vez, ese día lo deje en casa teniendo sexo con una zorra.
-Bella porque no has hecho nada?
-Porque soy una cobarde y no tengo quien me apoye, mi padre murió hace 2 años, mi madre… he perdido el contacto con ella, no tengo a nadie.
-Me tienes a mi.

En ese momento su celular empezó a sonar, al ver quien llamaba torció el gesto y hasta podría jurar que puso cara de asco.
-Contesta –lo anime.
-No tengo ganas –se quejo –es mi novia.
-Tienes novia?
-Si, pero, no la amo. Ella me chantajea para que este a su lado porque dice estar embarazada de mi. No le creo, apenas tuvimos sexo una noche y no la volví a ver, luego regresa disque embarazada…
-Contesta.
Acaricio mi mejilla y contesto.

-Que? Pero estas bien?
Se quedo un largo instante en silencio con los ojos muy abiertos.
-Si si claro, te espero en casa.
-Adiós.

-Que sucedió? –pregunte con curiosidad
-Dice que una loca la ataco en la calle y le tiro un zapato de tacón en la cabeza, te lo puedes creer?
Empecé a reír como estúpida y el me miraba perplejo.

-De que te ríes Bella?
-de lo irónico del asunto, acabo de echar a la amante de mi marido de un zapatazo –volví a reír fuertemente y el se unió a mis risas.
-Me imagino la cara de Tanya al recibir ese zapato en su cabeza.
El se había unido a mis risas cuando un click resonó en mi cabeza.

*Jacob:
-Bella te volviste loca? Tanya estas bien?
*Edward:
-Me imagino la cara de Tanya al recibir ese zapato en su cabeza.

No se cual habrá sido mi expresión para que Edward se asuste tanto.
-Bella que sucede?
-Como dijiste que se llamaba tu novia? –pregunte con la mirada ausente
-Tanya, porque?
-Porque Tanya se llama a amante de mi esposo, escuche su nombre hoy. Después de golpearla con el zapato el la llamo por ese nombre: ¡Tanya!
-Creo que… no creo que sea coincidencia… Tanya y el zapato
-Edward puedo conocer a tu novia?
-Umm… si pero como?
-Tengo una idea –dije sonriendo maliciosamente.

Ambos ideamos el plan perfecto para saber si hablábamos d la misma persona, pero mientras arreglábamos detalles las caricias y los besos no se hicieron esperar. Edward era tan sexi y yo estaba tan desesperada.
Para que el plan funcione debía regresar a casa temprano y disculparme con Jacob, pero estábamos ya tan encendidos. Yo estaba sentada sobre el, besándolo con demasiado fervor mientras el acariciaba mi intimidad dándome placer. Sentir la erección de Edward debajo de mi no ayudaba mucho a mi cometido de regresar temprano a casa, así que deje que sus caricias y su roce me hagan llegar al clímax para luego recompensárselo.

Desabotone el pantalón de Edward y le quite su camisa, empecé con besos inocentes en su rígido y fuerte abdomen, para luego bajar a su erección. Edward se derretía con mis caricias y me pedía mas, introduje toda su erección en mi boca disfrutando de su sabor y estimulándolo primero lentamente.

Era la primera vez que iba a practicar sexo oral con alguien, así que una vez mas me concentre en disfrutar de mis sensaciones y las de el. Edward me sostenía de la cabeza aferrándome mas hacia su intimidad, ajustando mi ritmo, seguí complaciéndolo hasta que su respiración se volvió mas pesada.
-Bella voy a acabar… Sigue sigue…
Sus palabras me excitaban y me animaban a seguir con mi trabajo. Edward termino en mi boca y pude probar cada gota de el.
Nos quedamos abrazados un momento y luego nos vestimos apresurados, lo lleve hacia su casa y regresé a la mía infundiéndome de todo el valor necesario para hacerme una vez mas la pendeja y aguantar los insultos de Jacob.


El plan estaba quedando de maravilla, ya habíamos olvidado lo de Tanya en mi cama hace casi 2 semanas, así que Jacob andaba mas relajado y por celebrar un año mas de nuestro tormentoso matrimonio había convencido a mi marido de ir a cenar a un restaurante en el centro de la ciudad.

Edward y yo nos veíamos todas las noches en el Night Club, teníamos sesiones de sexo realmente estimulantes pero esta noche seria diferente. Esta noche íbamos a vernos por casualidad del destino después de tantos años, en el mismo restaurante y con nuestras parejas.

-Bella te apuras? La reservación es para las 7 de la noche no para las 10 –grito Jacob desde la sala.
-Cariño adelántate te alcanzo en el coche –le conteste.
-Esta bien –refunfuño

Espere que Jacob salga y baje con una pequeña maleta con ropa y se la entregue al chofer.
-Seth, apenas nos vayamos guarda esto en mi coche y llévalo a esta dirección, deja mi coche parqueado ahí que yo después lo paso recogiendo.
Le di un gran puñado de dinero, un abrazo y me despedí de el. Seth era mi único amigo dentro de la casa que se había convertido mi cárcel.

Al llegar al restaurante vi a Edward sentado junto a la estúpida pelirroja, el me sonrió al verme y yo actué con indiferencia para que Jacob no sospeche nada. Un mesero nos guio hacia la mesa que estratégicamente yo había escogido junto a la de Edward.

Cuando Jacob y Tanya se encontraron con la mirada se hizo inmediato su nerviosismo. La función comenzaba.
-Mira quien esta aquí –dije con malicia dirigiéndome hacia Tanya – la Srta. Del zapato. Es el tu novio?
-Si –contesto tímida.

Bella deja el show –dijo rápidamente Jacob tomándome del brazo para que me siente.
-Tanya ella fue la que te tiro el zapato en al cabeza? –pregunto Edward furioso.
-Si –dijo Tanya nerviosa
-Bella como pudiste? –dijo Edward.
-Se conocen? –grito Jacob
-Te presento a Edward Cullen mi compañero de Biología del instituto –le dije a Jacob mientras me sostenía del brazo de Edward.
-Te presento a Tanya la amante de mi marido –le dije a Edward –a la que te conté que saque de mi cuarto a zapatazos.

Todos en el local nos miraban con la boca abierta. Jacob estaba furioso porque estaba dejando su nombre "publico" por el piso.

-Bueno Jacob, quédate con tu zorra, te dejo la casa, el carro y la cama para que se revuelquen todas las noches. Yo me largo con alguien que si me satisfaga, no como tu, que el titulo de hombre te queda corto.
Edward sonrió y le hizo de la mano a Tanya, salimos corriendo y riendo del local. Busque mi auto en el parqueadero y emprendimos un viaje sin retorno.

-Edward hay algo que no me has contado –dije mientras íbamos camino al aeropuerto
-Pregunta lo que quieras –contesto
-Que paso con tus estudios de medicina y toda la vida que Carlisle había planeado para ti?
-Carlisle murió hace 3 años Bella, yo no quería seguir esa carrera y estudie música, soy pianista. Regrese a Forks a buscarte pero no estabas, averigüe tu parado hasta que te conseguí viviendo en New York felizmente casada.
-Por favor omite la palabra feliz –dije haciendo cara horror –ahora soy feliz.
-Bueno, te seguí la pista y descubrí que acudías mucho a ese Night Club por eso pedí trabajo ahí… y el resto ya lo sabes.
-Me extrañaste tanto como yo a ti?
-Fui yo quien te busco… así que tu que crees?
Sonreí.

Al llegar al aeropuerto pedimos dos pasajes para Seattle, íbamos a regresar a donde todo había comenzado y de donde nunca debimos salir.


Me despertó la luz que entraba por la ventana de nuestra habitación, me encontraba desnuda y acostada sobre el pecho de Edward.

-Buenos días –susurre y luego mordí suavemente el lóbulo de su oreja.
-Muy buenos –contesto el besando mi garganta.

Busque sus labios y le di un cálido beso, el respondió de inmediato bajando sus manos hacia mi trasero y atrayéndome hacia el. Sentí como su miembro se levantaba lentamente.
-Buenos días Edy –dije entre dientes.

El solo sonrió y sentí su la punta de su lengua jugar con el contorno de mis labios. Finalmente nuestras lenguas se encontraron y nuestros besos se volvieron más feroces y llenos de pasión.
Edward se giro quedando sobre mi, sus besos empezaron a descender por mi garganta, mi clavícula y mis senos. Sentía su lengua acariciar las zonas de mas sensibilidad mientras mis uñas se incrustaban en su piel.
Sentía su erección cerca de mi entrada, jugando con mi cordura.

-¡Edward hazlo ya! –grite
-Que ansiosos estamos –dijo entre dientes mientras entraba en mí.
Mis piernas rodearon su cintura uniéndonos con mas precisión. Esto era algo a lo que jamás me acostumbraría. Edward era bueno para todo.
Te gusta? –susurro en mi oído.
-Me en-encantaaa –dije entre jadeos.
-Eres irresistible –dijo acelerando el ritmo.

Sentía como Edward se tensionaba mas en mi interior y mis paredes poco a poco se estrechaban mas, me separe de Edward y lo empuje para que sea el quien quede acostado sobre la cama mientras yo me sentaba sobre el, todo con el fin de alargar un poco lo que se venia
Empecé a moverme sobre el de arriba abajo con locura, mientras apretaba mis caderas ayudándome.
-Ya no aguanto –grito y exploto en mi interior, esa sensación hizo que termine justo después de el y callera como muñeca de trapo sobre su cuerpo.

Esperamos un par de minutos hasta recomponernos por todo el esfuerzo.
-Una ducha? –propuso, solo asentí y el ya me estaba cargando hacia el baño.
Después de ducharnos, prepare el desayuno para ambos y Edward fue a recoger el periódico. 
Llego aullando de risa.
-Que te causa tanta gracia? –pregunte
-Mira –dijo señalando la primera página de la sección de Farándula.

Jacob Black abandonado por un Striper de Night Club:

El prestigioso abogado Jacob Black después de la trágica desaparición de su ex esposa Bella Swan acaba de anunciar que se va a volver a casar con una Srta. Desconocida con la que espera un hijo.
Testigos afirman que en un conocido restaurante de la ciudad Bella Swan le armo una escenita gritándole por descubrirlo en la cama con la misma "Srta." con la que se va a casar próximamente. Según los testigos esa misma noche Bella huyo con un sexi Striper de un Night Club de la ciudad llamado "Edward".
Ahora les dejamos la siguiente inquietud: ¿Quién creen que es mas afortunada, la Srta. que se va a casar con el millonario Jacob Black que ahora tiene reputación de infiel o la guapísima Bella Swan que huyo con el sexi Striper?
No se que piensen Uds. Pero yo me quedaría con el Striper.

-Yo me quedaría con el sexi Striper del Night Club y tu? –pregunte con voz seductora.
-Con la guapísima e inteligente Bella Swan -contesto besando suavemente mis labios.

2 comentarios:

  1. ufff que historia!! me hizo fantasear!...

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  2. O por dios es la historia mejor relatada del mundo me enredo en su trama es impresionante

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